lunes, 2 de septiembre de 2019

Para irnos conociendo más ,)

 Marta Pérez accedió a la estatura –allá por el año 2000- junto con Myrna Báez, Noemí Ruiz, Zilia Sanchez y Mari Mater O’Neill al po9dio consagratorio de ser una de las pintoras más importantes de Puerto Rico.

Ella impregnó de macumbero surrealismo caribeño la mirada que se posa en su folklore visual de texturas y de símbolos que parecen un ritual naive inteligentemente premeditado, como un lenguaje tribal y totémico donde las texturas y narrativas entremezclan el caudal isleño con esas obras populares del día de los muertos mexicano y no lo hace como copia y de hecho su originalidad y raigambre estalla en lenguaje propio de su regionalidad. Parece una mezcla entre Basquiat y Frida Kahlo.
Por su parte, Enrique Martinez Celaya decapita cabezas de piedra y las expone en prisionescas estrategias geográfico-visuales, en la Galería Ramis Barquet.

Estos acontecimientos que tienen los exactos apellidos artísticos de políticos exactamente apellidados igual que parientes exactamente apellidados, parecen tejer y destejer el juego de las tres marías.

Yo soy un audaz realizador que como se puede ver, carezco del caudal cultural y políglota que me desborda pero algún día –tal vez- si me esfuerzo mucho, pueda cantar una cumbia berreta y hacer guita rimando toda frase con cajeta.
Hay conchas que venden mucho ;)


Esta es mi fallecida abuela.
 Este soy yo de más joven.
Y esto de abajo es...Una revista de psicología y ciencias políticas que yo hacía que se llamaba Zona Erógena 23.



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