lunes, 16 de septiembre de 2019

Últimas Noches conversadas Autor Ricardo Garavito DNI 23.968798 En el corazón del invierno...hay secretos.


  La ventana estaba empañada, afuera había un halo, una niebla tenue, una bruma, un rocío. El viento, en esa noche, parecía una melodía macabra que imitaba el chillar de una hamaca vacía en las sombras y a la vez era como un soplido del diablo saliendo de la comisura de los labios de una boca de lobo. Esta barroca descripción no exagera un punto ni una coma. No impone por la fuerza un adjetivo, ni tampoco elucubró una metáfora estética para embellecer los hechos aterrando jóvenes mentes ingenuas, no, nada de eso en absoluto. Es muy escueta y mesuradamente la descripción literal de la última noche de invierno de este año, noche que se estampó en la ventana del living de Delfina. Adentro, prendimos unas velas aromáticas que conseguí en la feria. En la humedad del vidrio escribí con mi dedo más útil: Fuck you!

Delfina –Ricardo, es una noche macabra.
Ricardo –Eso parece.
Delfina –¿Qué pensamientos te provoca?
Ricardo –En principio no creo que sea solamente el clima y la noche, sino una combinación de cosas. Pero en la cabeza me estallan premoniciones pesadillesca, preocupaciones, imágenes de gentes arrastradas por el bosque, enterradores. Por otro lado pienso en cazar monstruos. Y pienso en –inevitablemente- en Albert Camus.
Delfina –Tu cabeza es un laberinto de sorpresas corazón.
Ricardo –¿No es así toda cabeza?
Delfina –En cierto sentido sí pero vos no dormís casi nunca y siempre dormís poco, y tu hiperactividad sumada al caudal y a la profundidad en ese caudal anuncia un abismo abrumador.
Ricardo –Quien mira dentro de un abismo debe saber que el abismo mirará en sí.
Delfina –¿Porqué Camus?
Ricardo –Es que él solía pensar que “No existe otro problema filosófico tan serio como el existencial y dicho problema se resume en lo siguiente: Determinar si la vida vale o no la pena de ser vivida”.
Delfina –¿Otro profeta del suicidio?
Ricardo –No, en absoluto, en realidad es mucho más complejo que eso, y hasta te diría que podría ser todo lo contrario. Camus pensaba que cada respuesta a cada pregunta como esa podía ser la última que diera su mente y si ser, y que por lo tanto, la búsqueda de una razón para vivir es en cierto sentido entender qué somos y que es lo que hacemos aquí en la vida y qué es la vida. Lógicamente, al darse cuenta que encontrar una buena razón para vivir es a la vez encontrar una buena razón para morir o para –incluso- matar, fue mutando hacia el absurdo como forma de despragmatizar y desdogmatizar para no volverse un psicópata. Desdramatizando, es decir, tomando seriamente la vida como un instante intenso y final a cada instante, logra tomar seriamente en broma lo serio y en serio la broma.
Delfina –Wouw, eso sí fue profundo…O sea que era otro fanático de tu código del guerrero, de la senda del guerrero, él, como vos, no se daba por vivo al caminar un campo minado pero si salía con vida del campo minado se sentía finalmente vivo.
Ricardo –Amo que me comprendas. Pero no es tan así. El se pregunta si la vida para ser vivida debe tener un significado deduciendo él mismo que no y que de hecho se la vivirá mejor si no lo tiene. Yo en cambio, encuentro en la vida un significado profundamente amargo y dulce y considero que debe ser vivida épicamente, con el ejemplo.
Delfina –Oh dicho de otro modo, sos como Camus pero más radical todavía.
Ricardo –Quizás en algunos aspectos.
Delfina –Y ¿porqué crees que un tipo con tantas cualidades racionales como vos puede ser juzgado por movimientos incoherentes e irracionales, que se contradicen todo el tiempo?
Ricardo –Porque jamás se le requiere a nadie rendir un examen antes de cometer un exabrupto ¿entendés preciosa?
Delfina –Entiendo perfectamente. ¿Me darías un beso?
Ricardo –Delfina, ya hablamos de esto.
Delfina –Por eso mismo, siempre hablamos, nunca lo hacemos, salí del cuadro racional, ¿Me das un beso a ver que siento?
Si vos no querés hacelo por mí así me quito la intriga que tengo.
Ricardo –Pero y nos hemos besado miles de veces y nunca pasó nada.
Delfina –Nos hemos besado en joda, en chiste, como amigos, en fin, pero nunca me besas como a una mujer. Y no es porque estabas de novio o porque salís con otras minas, sino porque estás tan acostumbrado a tratarme como amiga que ya casi me tratas como a una hermana.
Ricardo –Ok, te voy a dar un beso y ni vos misma vas a sentir lo que sentís cuando besas a otro tipo, hace tanto que somos amigos que ni siquiera te va a calentar, vas a ver.
Delfina –Dejá, no me beses una mierda.
Ricardo –No te enojés jejeje
Delfina –Yo te hablé toda mi vida de los tipos con que salí y de mis dramas amorosos, vos de los tuyos. Vos conocés todos los tipos con que salí y yo todas las minas con que saliste. Pero nosotros nunca probamos nada.
Ricardo –De eso se trata, de no arruinar una amistad.
Delfina –Dejate de joder Ricardo, si vos no crees en la amistad entre un hombre y una mujer.
Ricardo –Precisamente por eso no te beso. Para no perder la única amiga mujer que tengo. Y no me salgas con el rollo de que no me parecés sexy o esas boludeces porque vos sabés que estás buena. Y sabés que sí te considero linda.
Delfina –Sos un cagón, sos re valiente para todo pero conmigo sos un cagón.
Ricardo –Puede ser jeje
Delfina –Sí reíte boludo.
Ricardo –jejeje bueno, no puedo evitar reírme.
Delfina –Pelotudo.

No bien terminó la frase me arrojó un almohadón, la abracé y forcejeamos entre histeriquéos. La besé, nos quedamos mirándonos fijamente en silencio, sorprendidos.
Y le dije: Ahora sí tengo miedo de besarte de vuelta.

Me alejé un poco. Ella también. Cambiamos de tema, y volvimos a interponer temáticas que nos distancien del momento anterior.

Delfina –Voy a preparar unos mates.
Ricardo –Eso estaría realmente bien porque es la última noche fría pero hace frío todavía.
Delfina –Si querés adelantá tu laburo en la compu.
Ricardo –Josha, Alaha jejeje

Delfina –Boludo…jejeje







En la mente de los y las asesinas, escribí en la computadora.

Y un borbotón de líneas de texto comenzaron a acomodarse como una enorme escalera al cielo. O alinfierno.


Mi trabajo es el más serio y profundo que la gente haya visto jamás, y yo camino en la noche en la que ellos tiemblan. Camino entre asesinos. Los olfateo y me olfatean, me temen y no les temo.

Parece otra metáfora, es literalmente cierto. Como una doble redundancia, como todo lo escrito con sangre y con memoria. 


Debería hacer una maldita novela gráfica como Frank Miller hace, pero yo hago novela gráfica documental, cuento realidades.

Todo lo que es romántico dura, salvo cuando la macrisis impone la mishiadura. Efectivamente, volví a Balvanera a pasear entre guachas que nos menéan las caderas. Para no terminar con la sobriedad en que continúan los siguientes hechos.
Una canción para cada clase de mina, para cada papusa mushanguera, decíasé que se de-cía 
Ya hablaremos de cómo es Rosa.



A fines de Octubre culmina una de las obras más importantes de la vida política y de su historia, de los últimos cien años. Y ojalá nadie salga corriendo.


Solamente crecen hacia arriba, aquellas y aquellos que han crecido primero hacia abajo.
Proverbio del bosque ancestral ;)

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