martes, 10 de septiembre de 2019

Yo te quiero libre, y también libre de mí ,)

Autor Ricardo Garavito DNI 23.968798

    Las relaciones neuronales de la costra política siempre van por debajo de esa piel endurecida. Los circuitos nerviosos de una sociedad son canalizados siempre numéricamente. Las matemáticas rigen las necesidades y las ambiciones, pero las reacciones sociales tienen combinaciones emocionales que decantan en conductas electorales por historicidad, por macrohistoricidad y por microhistoricidad.
  Lo que algunos llaman realidad es siempre un recorte hegemónico de las millones de realidades que conforman una realidad total pero ese recorte de la realidad se llama “realidad totalitaria”.

Melina interrumpe mi escritura, se me acerca, me abraza, me da un beso y me pregunta:
¿Me dejas ver…Qué estás escribiendo?
Ricardo –No terminé todavía.
Melina me sigue distrayendo y dándome besos como cuando un capricho se vuelve obsesivo, con esa conducta felina de enroscarse alrededor mío y refregarse como una gata hasta que la levante de las piernas y la llevo contra la pared y la beso mientras se ríe. Luego, la dejo en la silla donde yo estaba, frente a la computadora y ella se pone a leer mientras yo voy a la cocina a calentar agua. De nuevo su vecina se pasea desnuda, mientras yo hago unos huevos revueltos con trozos de quesos y fiambres para mí y con verduras para Melina, hago un par de tostadas, exprimo jugo, y preparo un mate de hierbas. Toda esa comida que traje también a lo de Melina en dos bolsas. Siempre con mi mochila al hombro. En mi mochila siempre hay libros, ropa, comida, dibujos y textos. ¿Por qué? Básicamente por el modo en que trabajo. Cosas que aprendí a hacer cuando creé la CETEP y La Garganta Poderosa que, se la quedaron los mismos que se quedaron tantas cosas que he creado. Como cuando creé ideológicamente los movimientos de excluidos, de villeros. Cosas que se repartieron entre Grabois y Levy y varios y varias más. Lo cual no viene al caso ahora, la cuestión es que en la calle quien sabe moverse sabe conseguir comida y ropa y hacer artesanías y trabajar de abastecedor de feriantes y varios etcéteras. Uno sabe cocinar para un centenar de personas porque uno ha laburado en restoranes, pizzerías y ollas populares.

Melina –Es interesante como te expresas sobre cosas que con tus palabras exactas significan una cosa y dichas por otro y otras significan otra. Tu forma de decir y de hacer no es igual a la de quienes te imitan, tenes algo que siempre te hace diferente, algo difícil de explicar. No logro nunca ver las cosas tan claro como cuando las pasas bajo tu lupa. Tengo mi lupa y no llego a esos rincones en que vos enfocas incluso posando mi lupa en esas mismas esquinas.
Ricardo –No estás acostumbrada a ver de noche, es solamente eso.
Melina –No, de verdad te lo digo.
Ricardo –Sí, yo también te digo verdaderamente. En mi mirada hay una oscuridad, yo ilumino lo oculto, bien, pero desde la oscuridad, mi secreto es: los observadores foráneos no pueden ver la oscuridad con sus linternas porque cuando enfocan la oscuridad desaparece, yo no soy un visitante en la nocturnidad, yo soy parte de toda esa nocturnidad, crecí mirando a oscuras, como no prendo una linterna no desaparece ante mis ojos lo que está oculto en esa oscuridad.
Melina –Es genial lo que me decís, exactamente eso haces pero no sabía cómo decirlo. Y vos de vuelta lo hiciste, traes a mis ojos lo que no puedo leer de cómo escribís lo que escribís.
Ricardo –Hoy estás excesivamente cariñosa y aduladora, y yo que necesito tantos mimos y elogios para ejercer mis convicciones te preparé el desayuno.
Melina –Ahí de vuelta estás siendo irónico y áspero.
Ricardo –Un poco, dado que no me gustan las mariconeadas culturales. Ablandan la ideología ante descomunales brutalidades políticas como por ejemplo las representadas por Bolsonaro.
Melina –Lo estás haciendo de vuelta, yo empiezo a interpretarte como solamente irónico y estás diciendo algo cierto y más profundo de lo que se percibe a simple vista en lo que decís.
Ricardo –Si seguís así me vas a proponer matrimonio y me voy a ir corriendo, ya pareces una mina antigua y sos más joven que yo, no rompas tu marco generacional, tenes que ser despreocupada, sin compromiso y lanzada a la vida como sobre un manjar a devorar sin culpas jejeje

  Terminé la frase mientras servía el desayuno en la mesa, comimos reímos, tomamos unos mates y leímos algunas de las muchas estupideces que los periódicos decían.
Después me levanté, me emparejé la barba, me cepillé los dientes, le di un beso a Melina y le dije: Me tengo que ir, y yo también, a mi manera, también te amo. Del modo en que yo sé y del modo en que puedo hacerlo, no me pidas más que eso.
  Me llevé mi texto en un pen drive para continuarlo. Salí al frío y caminé, saludé a mucha gente que vive en la calle y que me conoce, caminé durante horas, atravesé siete barrios porteños en mi peregrinación. Después me fui hasta Mataderos, caminando, después me fui hasta Villa del parque caminando, luego me fui hasta la Boca caminando y finalmente me fui a Palermo caminando. Una vez en Palermo, entré en un locutorio, y me puse escribir en mi página esto. Recordé que había hecho muchas cosas todo el día y que se me acaba el tiempo y que debo conseguir un hotel y que hay cientos de cuadros y libros míos que debo transportar. Salí del locutorio y me fui a cenar a una plaza, a cenar y a beber un vino, fumando al aire libre, bocetando algo en mi cuaderno y escribiendo algo más. Mis dedos tenían todavía el sabor y el aroma del cabello de Melina hasta que en el segundo cigarrillo el tabaco tapó el rastro del amor. Como suele ocurrir con la nicotina y el humo, como suele ocurrir con todas las mujeres que amamos, las dejamos ir o se nos van de los dedos, simplemente porque precisamente las amamos libres. Y eso mismo también es lo que significaba a mi manera. La única manera que conozco de no herirlas. Alejándome de a poco como un recuerdo en el viento. Quizás, me aterra quedarme y constatar que todo se pudre, que todo caduca, que todo se estanca y se muere, tal vez mi modo de partir deja vivo lo mejor de los amantes y de la rebeldía.
Probablemente eso sea la libertad, no marchitar sentimientos ni personas atándolas a la constancia de las rutinas de una hegemonía cultural que domina las relaciones de afecto desde una necedad asfixiante donde se juran compromisos que nadie cumplirá y se hacen promesas que siempre se traicionarán. Entonces, mi modo de no forzar a nadie ni siquiera a mí mismo a padecer la decadencia ética, es mi conducta de apego al desapego perpetuo.
Probablemente nada de lo que yo escriba le haga bien jamás a ninguna mujer, ni a nadie, es posible que no sirva de nada. Pero al mismo tiempo es mi modo de amarlas. De amar a cada una de las mujeres que he amado por como son, sin intentar cambiarlas.
Pensar en voz alta no es forzar a nadie a nada y rompe soledades muy acompañadas. Se escribe para acompañar a las solitarias que siempre están acompañadas.


Siempre redundo en el viejo truco de, lo que me atráe de ti, de tú de vos es el intelecto, flor de intelecto ;) Soy un tirano, alcanza con ver cómo hago formar a las mujeres cuando tomo lista ,) un completo tirano ;)
Ni siquiera sé cómo es que  me toleran ,) Pero ella jamás pudo ver en la osucuridad ,) por eso siempre dependió de mí ,) Te quema, sin mí no la sabés llevar, lo arruinaste otra vez más ,)

Es tan perfecto que asusta ,) Muy loco todo ,) Mi perra dinamita está fiera como una tártara, y baila Terk y dice Yeha y mueve el traste sin docilidad ,) Bueno, seres primitivos y padecientes, recuerden beber con moderación si van a conducir un monopatín ;)

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