En abril de 2006 yo padecía de una cuenta
pendiente con respecto a la realización de un libro sobre mi militancia barrial
como prensa militante independiente desde el enfoque del realizador de arte y
de debate como creativo de vías de ideas que renueven el escenario social de
cómo hacer política y el escenario político de cómo hacer lo social.
Precisamente en ese
mismo abril, de ese mismo año, el Ministerio de Derechos Humanos y Sociales del
gobierno de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires era flamantemente estrenado, creado a través de un decreto ley,
el decreto 350/2006 conjuntamente con la estructura administrativa que adoptó
el Gobienro de la ciudad con la asunción del hasta entonces vice jefe de
gobierno, Jorge Telerman. Luego de la “destitución” de Anibal Ibarra que era
una cabeza que se buscaría luego de que el premeditado incendio realizado en el
local bailable llamado Cromagnon se cobrase muchas vidas jóvenes. Comenzaron
también ahí mismo a tejerse y desplegarse los hilos de las figuras de ultrapunición
propuestas por supuestas funcionarias “feministas bienintencionadas”, por
entonces nadie imaginaba que el incendio fue planificado y que planificado
había un esquema de demonización y de victimización creado a través de un
feminismo que propondría la desigualdad de género como supuesta igualdad de
género (cosa que explicaremos más adelante). Por entonces Lito Borello, Hebe de
Bonafini, Gabriela Cerruti, Emilio Pérsico, Juan Pablo Cuza, Jorge Telerman
aparecerían juntos en actos gravitantes de un esquema que institucionalizaba
los movimientos sociales como brazo gubernamental dando un giro conceptual que
generaría ganadores y perdedores temporales y sistematizaciones sobre las
cuales hicieron eje todos los que luego serían los realizadores de las confrontaciones
internas y las posteriores neocoaliciones políticas. Además se disputarían
terrenos y concesiones en toda la ciudad. Particiones presupuestarias y toda
clase de cuestiones donde la combinatoria política demostraría que el macrismo
era a penas una parte interesada en hincar el diente y no era la única y venía
haciendo desde la época de las relaciones en el club de la rivera y en el
corréo argentino diferentes tantéos porque tras de sí tenía personalidades y
personajes que le propondrían al macrismo un negociado político que hundiría al
país. Pero no se lo propondrían únicamente a él sino a todos los jugadores y a
cada jugador le darían un diferente rol actoral en el circo de la crueldad
humana.
¿Porqué motivo los
medios intentan manipularme emocionalmente a mí durante todos los años?
Y junto a Youtubers lo intentan.
Qué buena pregunta.
No voy a entrar en el canal ninja mistake porque no me hace falta pero cumbia ninja feminista parece mucho más equivocada que yo ,)
Hay contextos políticos donde el accionar
colectivo determina que intereses defiende dicho colectivo, cuando algo no es
cuestión de coyuntura se nota porque o relevante de dicha cuestión se ve
expresado en su prolongación metódica a través del tiempo. Un claro ejemplo de
dicha situación se puede ver y se da muy claramente expresado en hechos y
dichos porque los dichos son las formas adoptadas ante y con los hechos. Yo les
decía que vengo a contar una historia real. Una historia plagada de hechos reales.
Pero ante dicha realidad mis enemigos proponen contarles un cuento irreal, un
cuento plagado de demagogias y tergiversaciones. Para ser sincero en un
contexto donde no se me permite ser sincero es que se entabla una confrontación
que se da porque, por ejemplo, mi sexualidad no puede ser determinada por los
medios de comunicación y los partidos políticos y tampoco quienes han sido mis
verdaderas ex novias y quienes no. Sin embargo, ha cobrado centralidad temática
por años y la pregunta que me surge es simple ¿Cómo podría cobrar centralidad
mediática algo tan íntimo cuando los medios censuran algo tan relevante como
los debates sobre la corrupción que ellos ejercen y el destino de impunidad de
crímenes atroces que eran evitables y que ellos mismos coalentaron y
encubrieron para que se cometan en impunidad?
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