martes, 20 de agosto de 2019

Búsquense un laburo honesto, ejerzan convicciones políticas desde la honestidad.

Que luego de advertirles yo, año tras año tras año que permanecían en una estrategia que haría desaparecer izquierdas, y en el balance total son contundentes los resultados, ustedes desvergonzadamente persisten en no reconocer que yo tenía razón ni ante los resultados. Señalé que irían perdiendo espacio.

Carta abierta 230
Ricardo Garavito DNI 23.968798


El motivo por el cual yo no milito con el colectivo LTBG excede el hecho concreto y real de que soy heterosexual, el motivo por el cual en mi forma de organizar poder popular no tengo gente de dicho colectivo en mis acciones fue una decisión que tomé por el mismo motivo que no trato con ciertos migrantes temas que son para mí estratégicos, el motivo por el cual no trato con cierta gente temas de relevancia estratégica está intrínsecamente ligado no a que no crea en sus derechos sino a que considero que emplean el uso de un derecho para vulnerar los propios derechos de sus propios compañeros y compañeras de sus mismos colectivos y de quienes no pertenecemos a dicho colectivo social. Me he visto obligado a impedir que ustedes tergiversen hechos y temáticas e identidades políticas y disputas jurídicas.

Y he notado que la figura psicológicamente planificada del arrepentido jurídico tiene mucho que ver con la mitología religiosa y su moral de castigos y perdones, de crucifixiones dónde en realidad se engendran nuevas cadenas de corrupción que permiten comercializar voluntades y éticas ante una moral antinómica. Describir la complejidad de a cuanto y a qué me refiero involucra un desgaste de dinero y de tiempo que hoy por hoy ni me brindan ustedes ni tengo yo para gastar. Pero sé bien y convencido estoy que he demostrado que ustedes siempre han estado corrompidos y equivocados en sus convicciones porque ustedes mismos han demostrado no tener ninguna solidez de convicción y yo sí he mantenido y tenido una convicción a la cual jamás renunciaré.

Yo puedo ayudar tranquilamente a una persona de su colectivo o de otro grupo social que esté siendo vilmente agredida pero jamás perteneceré ni a sus modos de conducirse ni a sus marcos de demagogia. Y no acuerdo ni avalo que se adjudiquen ustedes tener derechos sobre mi vida privada simplemente porque son mano de obra política claramente paga para operar en mi contra. Si en verdad no lo fuesen, pues no serían infames y engañosos en sus modos.

Una persona honesta, un dirigente honesto, un líder social honesto (mujeres u hombres), una periodista un periodista un artista honesto, no utiliza ni su identidad racial y sexual ni su elección privada y personal para realizar un movimiento demagógico de persecución y asedio a voluntades políticas que resulten competitivas para sus ideología por coincidencia o por diferencia, por lo que quiera que sea que le resulten competitivas desde la antinomia o desde la coincidencia ideológica total o parcial, una persona honesta no emplea a los medios de comunicación y a su capacidad de influir a través de ellos para asediar a alguien y muchísimo menos para manipularlo, extorsionarlo o vulnerar sus derechos. Una persona honesta es responsable y cuando detesta a alguien no arma movimientos demagógicos para ocultar la persecución ideológica que ejerce ni pasa la vida viviendo del trabajo y las obras ajenas. Una persona honesta permite que los debates políticos se den en el marco del debate de ideas. No trunca la libertad de expresión ni abusa de la suya propia impugnando el debate haciendo trampa. Pero, y por sobre todas las cosas, una persona honesta se sincera para con la capacidad ajena y para con la propia al punto de no volver relevante lo irrelevante para no perjudicar demorando necesidades y voluntades, ni se adscribe a volver irrelevante lo urgente, lo relevante. Una persona sincera no construye un mapa de excusas donde controlar l caudal político ajeno desde la ilegitimidad porque eso es en sí mismo una defraudación y fraude a los derechos populares. Derechos que sí son en realidad, un pie democrático fundamental para diferencial democracia de totalitarismo. Y precisamente en democracias ya viciadas e imperfectas, si algo no necesitamos más ni uno solo de todos los argentinos y latinoamericanos es tu deshonestidad intelectual.


Y mucho menos en estas elecciones que ocurren en un contexto de endeble capacidad social donde una crisis premeditada y un yugo nacido de traiciones amarró más fuerte que nunca las manos de todo el continente.



PD.: Y les digo más, hasta una prostituta tiene literalmente un laburo más honesto que el de los copy pasty que luego cambian la autoría y la raza y la sexualidad del autor de la obra.

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