lunes, 26 de agosto de 2019

LOS BORRADORES SON PARA NO OLVIDAR

El hombre Lobo. El Salvaje Minotauro moderno o la bestia enamorada. (Tomas Hobbs metabolizado por Nietzche )
Autor Ricardo Garavito DNI 23.968798

Mi humor es fórmico, mis ironías veloces, sagaces pero cargadas de un humor cínico, de emanaciones de ácido acético, ironías de acetum (agrio en latín).
Ela nota, huele, me toca el brazo y mira mis ojos, como si dejase a una libélula acercarse a la más perfecta fiera de toda la selva, sus yemas sienten que mi brazo es un brazo de guerra, sus ojos de laguna cordillerana ven el infierno de las ciencias ocultas brillando en mis ojos. Ella sabe que es como dejar una conejita blanca en un plato a un León. Y sin embargo se comporta desafiantemente como si intuyera en su más profunda fibra de mujer que podría descuartizar la Tierra entera y más allá si le hacen daño. ¿Cómo sabe que la miro con amor? ¿Cómo mierda sabe que alguien como yo, con cara de póker hasta entre balazos silbantes, la mira con amor? Es simple, algo instintivamente le ha avisado que también ella es un animal instintivo. Algo en ella, eso mismo que le advierte que no todo es lo que parece, algo dentro de ella conoce algo dentro de mí. Y eso que ella conoce dentro de mí le da seguridad. Pero ¿qué hay de lo que no conoce de mí?

La nomenclatura IUPAC para los ácidos carboxílicos empléa el nombre del alcano que corresponde a la cadena más larga de átomos de carbono, que incluye al ácido carboxílico. La o final de alcanos se sustituye por el sufijo oico, y se antepone la palabra ácido.

Mis frases son de ácido metanoico unas, de ácido etanoico otras, las menos ácidas de mis frases, las del ácido carboxílico más simple, son de ácido fórmico, como una picadura de hormiga, con esa pizca de ardor.

Luego de dos horas de diálogo su mente está sobreestimulada, está teniendo orgasmos en su propio viaje de conocimiento de una forma de vida que ella desconocía pero intuía. Se ríe, disfruta, reelabora, digiere, incorpora muy rápido como si ella hubiese buscado toda su vida algo así.
Lo noto completamente, su cuerpo se arquea, se toca el cabello, intenta seducirme pese a que sabe que la amo. Su antigua seguridad se desvanece ante mi independencia e intenta llamar mi atención, usa todos los trucos que aprendió hasta ahora con los hombres que conoció antes que yo. Y de pronto, nota algo. Algo que temía que podía ocurrir, se da cuenta que sin burlarme de ella me dan gracia esos trucos que conozco de memoria, confirma entonces y todo sin siquiera hablarnos, solamente mirándonos, se da cuenta de que he visto a muchísimas mujeres hacer esos trucos cientos de veces, empieza a sentirse infantil, primero avergonzada, luego más relajada se ríe de sí misma. Pero no puede con su genio y se acerca hasta mí y me muerde el labio mientras me da un muy escurridizo y veloz beso y me agarra de la mano y me jala de la mano y me dice salgamos a caminar.
Volvemos a adentrarnos en la noche de ébano total, ya no llueve. Ella me lleva hacia un lugar que ella conoce, intuyo que pretende sorprenderme. Pero algo está mal. Dos hombres nos siguen, una a metros nuestros camina al mismo ritmo que nosotros en la misma vereda, otro en la de enfrente. Noto eso, ella no, pero no deseo preocuparla, la veo feliz. Seguimos caminando así unas cuantas cuadras hasta un albergue, me preguntó cuanto dinero me quedaba, le dije que no mucho, me dijo voy a ver cuanto me queda a mí, juntó todo, y dijo creo que será suficiente.
Yo también creo que será suficiente.
Los tipos que nos seguían se quedaron enfrente del hotel viéndonos entrar juntos.
Yo tenía una botella de ron en mi mochila y un atado de cigarrillos baratos, son as dos primeras cosas que use, esas y la ducha, necesitaba una ducha caliente. Miré por la rejilla de una pequeña ventana cubierta por uno de esos vidrios que permiten ver de dentro hacia fuera pero no de fuera hacia adentro y los tipos seguían en frente, de hecho llegó en un auto un tercero que los saludó y había un cuarto tipo en el vehículo con el motor encendido mientras los otros tres hablaban e intercambiaban saludos.

Mientras yo me duchaba ella entró en la ducha diciendo: Permiso.
Yo-Adelante.
Ella-¿Qué situarías por encima de todo?
Yo- En este momento tu sonrisa y tu cuerpo desnudo y un cuaderno de autor con un lápiz unta blanda para dibujarte, pero desenroscaría un foquillo para que la luz que te de en el cuerpo sea tenue.
Ella-Realmente te gusta dibujar y pintar y escribir más que coger.
Yo-Generalmente no, pero hay veces que sí y hay otras que desearía hacer ambas cosas a la vez, pero tengo que hacer alguna primero y otra después o elegir hacer solamente una y otra no, depende con quién, depende cuando, depende porqué.

Ella tomo en sus manos el músculo con el cual hago eso que llaman amor pero que en realidad es millones de cosas excepto amor aunque uno lo haga con una a la cual ama, y me dijo: ¿Tenes ganas de dibujar adentro mío?

Seguir la narración de los hechos de las siguientes dos horas es un placer o un morbo que no le facilitaré ni a lectores ni a lectoras. Así que retomaremos esto en ese momento posterior a esas dos horas donde estábamos los dos bebiendo ron y fumando en la cama mirando hacia arriba y girando para mirarnos y reírnos. Fui al baño con el cigarrillo todavía en la boca y la botella en la mano, habíamos tomado un pernoctar. Afuera seguían los cuatro tipos. Me lavé, volví a la cama a su lado, le serví de la botella en su baso y yo volví a tomar del pico, teníamos un solo baso. Pité mi cigarrillo complacido de ver el humo hacer anillos hacia el techo y ella pasó su mano dentro de los anillos de humo y me besó una vez más. Se la veía realmente muy feliz y entusiasmada. Muy radiante.


Se fracturó la habitación con rayo de pensamiento mío que vino a mi cabeza contundentemente. Era una frase que estalló en mi cabeza. Como un presagio maldito.
Y estalló nomás la frase en mi cabeza: Esto es, Ricardo, cuando te quitan la vida de la mina que amas, esto es lo que te quitan, te quitan cada momento de felicidad futuro con ella y con cualquiera, te quitan todo, lo que compartías y lo que compartirás. Entonces me acordé de Marisol y se oscureció la habitación y mis ojos prendieron dos lejanas llamas rojas.
Algo frío atravesó la habitación, como una sobra.
Ella me tomó el brazo fuerte y me preguntó: ¿Qué te pasa Ricardo?
Yo- Nada, nada Sofía, quedate tranquila, no pasa nada, fue solamente un…
Ella- ¿Un presentimiento, un presagio, un mal recuerdo?
Yo-No fue y no es nada a lo que debamos prestar atención ahora, quedate tranquila.
La tomé de la cintura, le sonreí tranquilizadoramente, la besé y la abracé muy fuerte.

Yo deseaba no soltarla nunca, que dure ese abrazo toda mi vida y toda su vida. Temía que si dejaba de abrazarla la abrace la muerte y se la lleve para siempre. Pero no le conté nada, no le dije nada. Simplemente no quería preocuparla. No quería romperle un momento que parecía perfecto, no quería que se asuste, no quería que sufra. Le acaricié el cabello, la espalda y la besé una vez más. Y le aseguré: No pasa nada, todo está bien y todo va a estar bien.

Ella sonrió y se quedó dormida en mis brazos, y sobre mi pecho apoyaba su mejilla tersa y suave como una coneja.

Continuará... ;)




To be continued.... ;)





Curiosa selección de temas para instrumento jejeje


Y continuando con otras cuestiones, me quedé pensando en la diferencia entre gente excepcionar y censores de mierda.

Y me prendí un cigarrillo más mientras me reía ,)


Y lo demás es sólo oficio ,)

Un triler interesante ,) muy politizado jejejejeje

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