viernes, 12 de julio de 2019

El mundo de la Sofista ,)

Etapas de ingenuidad o la frescura de una ilusión idílica

Sofía es una canción idealista, despunta de mis yemas hacia la eternidad.
Hace Gala de simpleza, y en esa sutileza trenzada su filosofía la compone. Es una muñeca china que parece nacida y criada en un barrio de tango y de tangas. Como le cabe a una mujer de barrio que nace criolla para atravesar el mundo y deslumbrarlo. Tiene conventillo y no se priva de erudición y estilo. Yo la llamé filosa Sofía en un juego filosófico de anatomía lingüística que componga la filosofía de un barrio que Cortázar hizo famoso en Francia pero que es argentino.
Mi ingenuidad es enamorarme de cada musa y partir sin que sepan que las abandono pero no por no sentir nada por ellas, sino por sentir un todo que podrían romper al no encajar en la idealización.
Tal vez soy irónico como lo ha sido la mala vida conmigo. Pero al menos soy alguien irónico con corazón.
No obstante, escribí hace años, nada se rompe como un corazón. De algún modo se volvió una canción en la voz de otra musa.

Todo comenzó al notar la ausencia de la existencia y/o la escasez de mujeres capaces de emocionase ante la carga de condiciones que componen las virtudes y el talento cuando se combinan con el coraje, la honestidad y la valentía. La generosidad y la belleza perdurable, la que queda para siempre en la retina y en el Universo, el arte con mayúsculas. Supongo que comencé a crear y perfeccionar cualidades que jamás practicaron algunas mujeres, y que rellené su incapacidad de enamorarse del ser auténtico y original portador de cualidades con lo que a muchas de ellas les falta para ser un ser tan perfectamente bello como ha sido Bukowski en su senda del perdedor o como lo es el Marqués de Sade en su crítica a la moral. O como lo es Miguel Hernandez en su valentía romántica antifascista.

Vaya uno a saber porque les he dado tanto, supongo que porque yo puedo pasar mi vida en la pobreza de la falta de dinero pero la otra pobreza, la de la abundancia de dinero y de libertad de expresión al pedo no puede ser justificada sin talento y sin belleza y entonces los que me roban y que he escrito para ellas y para otras se hacen pasar por mí y ellas avalan el plagio para también plagiarme como hizo Tamara y no hizo Sofía.
Es difícil saber porque en seguida giro mi cuello y me pongo a formar un cuadro militante femenino, deposito de vuelta mi fe en otra, y siempre espero el milagro de que sea la mejor versión existente jamás de todo lo que hace décadas nadie aporta.

Después, de vuelta vuelvo a mi libro, a mis pinturas y a mis documentales. Siempre desilusionado de mucha gente pero siempre ilusionado de que encontraré mucha otra gente.
Es parte de la inercia o quizás es parte de la superación del desgaste y de la ingenuidad.

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