Ha de ser complejo
desearme la muerte a mí y estar muriendo ustedes también.
No es lo mismo, ya
que, dicho ha sido: La Eva
no vuela porque tiene alas sino que tiene alas porque vuela. O era el Ave no
vuela porque tiene alas sino que tiene alas porque la enseñé a volar ¿?? ;)
Sexos Sentidos, quinto
elemento, sexto sentido, séptimo texto.
AUTOR: Ricardo
Garavito DNI 23.968798
Yo no deseo lastimar a
nadie contando verdades que nadie va a creer, pero veo que hay gentes que nos
han lastimado a todos contando mentiras que muchos han creído.
Sí existió la luna, la
verdadera luna, la que pálidamente me miraba de modo polar, a que me decía que
yo era como un lobo, que la miraba horas y horas, y aullaba, poemas
indescifrables, en lenguajes indescriptibles. El mundo es caprichoso. Cuando se
empecina en estafarme y se autoestafa. La vida es no otra cosa qué: un capricho
lunático de los implacables Dioses… solía decír Zeus.
Luna Anouk O’Brien,
hija de un mujer inuit y un marino irlandés, ex novia mía, mestiza. Nacida en
1977. De estadía en Futalaufquen cuando el amarre de cortesía en el lado
chileno del territorio esperaba reparación en un barco a vela y por curiosidad
prolongaron la estadía y cruzaron de mochila al lado argentino del territorio
donde acamparon Luna y su prima, su prima descendiente de escoceses radicados
en el sur argentino. Si me quieren plagiar deberían de investigar. El tío de
Melani se llama O’Riordan, casi como la cantante de Cranberries.
¿Alguna otra pregunta
mis estimadas y estimados ladronzuelos y ladronzuelas?
Yo soy el que juega
con que les enseñé a negros y mestizos el camino del guerrero, la senda del
Samurai. Por eso soy considerado el Red Elvis. Un Elvis rojo, en clara alusión
a que soy marxista y que siempre me macarthearon la parada. Cosa que se les
complica un poco por mi fanatismo por las ideas de John William Cooke y por mis
ancestros anarquistas y peronistas.
Si tienen otra
pregunta me la hacen, no hay problema. Veo que son grandes periodistas de
investigación que no pegan una ni remotamente.
Soy un caminante
solitario, con mi cuaderno de dibujo y mi lápiz, con mi carpeta de textos y
partituras y mi birome, un caminante solitario que recuerda todo lo que le
quitaron y todo lo que no me pueden quitar.
Alguna belleza ha de
haber en el silencio polar de la página virgen, en blanco, la misma que desafía
mi perversa creatividad provocándome constantemente a que la desvirgue, que la
manche, que la ensucie, que la purifique, que la arranque del reino de la
blancura y de la virtud eclesial y la lleve al infierno del pecado de decir la
verdad.
Tal vez de algún modo
sí soy un violador, un violador de silencios que nos violan nosotros la libertad de expresión. De algún
modo es probable que todo lo que hacemos sea una violación. Hemos violado la
imperturbable moral demagógica de los puristas atávicos de la represión
constante y mancillado el mal nombre de los libertinos que hoy beatificamos
como si la consagración de la poesía no fuese una fiesta de vino y sexo que
desenfrenadamente nos devuelve el estadío prehistórico y animal de nuestros
mejores instintos que básicamente nos dan la condición bestial de humanos
dioses eternos por un momento, por un paradigma que cambia ante la descomunal
fuerza de atropello que nuestras voluntades lanzan fálicamente hacia el Océano
espacial donde navegan constelaciones de fragmentos de nuestro espíritu
espacial.
Porque romperse la
piel y salir de dentro de la eternidad es llegar al presente como un salvaje
irrespetuoso que escupe al sistema y a todos su lacayos al rostro.
NO SÉ QUE SENTIDO
TIENE UNA MUJER QUE NO SEPA AMAR, PERO SÉ QUE SENTIDO HAN TENIDO LAS QUE AME Y
ME HAN AMADO.
Vivimos en inmundo
donde todo el mundo se desespera por tener cosas al punto tal de robármelas,
pero una cosa es robarme cosas y otra cosa intentar robarme lo que me pertenece
en la memoria. Yo he vivido sin tener nada, ni siquiera lo legítimamente creado
por mí y que me pertenece, pero no puedo vivir sin ser yo mismo, sin recordar a
quienes ame y quienes me amaron.
En un mundo de egoísmos
yo vivo sin nada. Lo único que no permito me quiten es mis recuerdos. Hay gente
que para apropiarse de mis obras necesita apropiarse de mi identidad histórica
y de mi forma de ser y de hacer y de decir, bueno, lamento que estas memorias
poco a poco les vayan impidiendo continuar mintiendo.
¿Qué mundo vamos a
dejarle a nuestros sucesores y qué sucesores vamos a dejarle a nuestro mundo?
Parece que el camino
correcto no es el de las imitaciones deformadas demagógicamente a conveniencia
de las ambiciones de turno.
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