Melina –Desde que te
conozco, siempre, me resultaba una materia a comprender en tu forma de ser que
me atrajo a intentar entender mejor tu relación con las personas y con las
cosas. Debo confesar que, me ha llamado siempre la atención como has repudiado
el “cinismo patológico” ¿Así le llamas vos a una conducta verdad? Y a la vez
que siempre elogiaste al cinismo crítico-humorístico. Y también, siempre tengo
presente que, las personas “patológicamente autómatas” -otra de las expresiones
ejercidas por tu creatividad- te parecen despreciables. Vos escribiste un texto
muy antiguamente llamado: “Patologías Culturales”. Sé que con esto anticipo una
revelación sobre cuanta gente vive de plagiarte dado que el programa patologías
culturales en fm la tribu es posterior a tu ensayo, pero, nos podrías explicar
de qué va todo eso y qué relación tiene con tu forma de responder al latiguillo
ese con el cual cierta gente saluda como autómata: “¿Todo bien?”
Ricardo –Nunca, nunca
está todo bien, ¿A vos en tu vida en todo te va bien? Nunca está todo bien,
pero con que lo suficiente ande bien uno sigue andando.
Melina –Hace años que
saludas de ese modo, hay filmaciones de cantidad de años atrás donde saludas
así.
Ricardo –Sí, la
relación mía con las preguntas realizadas de modo autómata, los saludos que
responden a conductas instaladas que se vuelven patológicas, autómatas y
desprendidas del significado de la pregunta tienen un cinismo que a mí me
parece que hay que romper respondiendo algo que obligue a pensar que si ya
saludas boludamente es porque no te interesa como está el otro al cual le
preguntas autómatamente y retóricamente algo que convertís en saludo
repetitivo. La cultura tiene varios planos y al mismo tiempo las industrias
culturales que emanan en las concepciones de Adorno y de Horkeimer son
superficiales ejemplos muy profundos al lado de lo logrado hoy día
culturalmente por la mecanización y la tercerización clonada de las industrias
culturales. Jejejeje
Melina –Esa ironía es
muy compleja Ricardo, no dejes la respuesta ahí, ¿nos podés hablar del ensayo
en cuestión de un modo más cercano?
Ricardo –Sucede que
los filósofos, los sociólogos, los semióticos dicen cosas que están
profundamente escondidas en la cultura de profundidad pero trivializan la
profunda conexión de la superficialidad como respuesta inconscienta autómata a
la sublimación de las industrias culturales, es decir, todavía hoy las más
radicales feministas son muy parecidas a los más fanáticos inquisidores que
quemaban brujas, ellas queman varones, el rechazo por ambas partes es el mismo,
lo salvaje o natural de una sexualidad bestialmente humana. Podemos incurrir en
omitir el significado de la disputa cultural pero caer en ese error sería
omitir la disputa de hegemonías que cometen las partes.
Melina -Hay una famosa
carta tuya publicada en arpegios hace años, la carta de índole irónica y a la
vez cierta y sentimental, fibrosa, la podrías republicar.
Ricardo -¿Recordás en
qué número estaba?
Melina -Sí, en el que
escribiste sobre cuando le recomendaste a Heller a thomas Piketty, el
economista.
Continuará...
A quien corresponda la correspondencia
autor:
Ricardo Garavito DNI 23.968798
Dejar algo para usted es, algo en lo que he pensado
mucho tiempo. Porque la he imaginado, como un ser a punto de existir al cual
yo, me tomé el atrevimiento de llamar Mujer Libre. Al ponerle un nombre a
usted, se me ocurrió, que alguna vez, sin vulnerar su libertad e independencia,
podía -tal vez- llamarla a compartir algo. Quizás un atardecer, un café, un
vino y un cigarrillo negro; o tal vez, una zona del corazón suyo que tenga algo
de lugar para mí. Quizás no exactamente como tiene el mío para usted, tal vez
de otro modo. Un modo que a su corazón le salga de antojo propio, ya que cada
corazón le da un lugar diferente o parecido al otro porque los ojos de cada
corazón son libres de mirar a su modo lo deseado, lo apreciado, lo valorado y
lo amado. Todas esas cosas que desearía me deje sentir hacia usted y que no se
atreven a pronunciarse sin que usted se quede de vez en cuando a dormir y
despertar entre mis brazos y abrazos. De todos modos espero que no pretenda de
mí jamás una carta de amor, para comenzar porque yo no escribo tarjetas
navideñas, sepa que padezco de algo llamado para muchos ateísmo y que yo llamo
espiritualidad científica no comercial. Por eso es que yo creo que el verdadero
amor ni puede escribirse ni puede decirse en palabras. Tampoco se puede ejercer
el amor desde la sobriedad respetuosa de una carta que lo convoque, porque
besar, morder, acariciar, apretar la carne de el alma humana contra la carne y
el alma propia requiere de cierta capacidad de irreverencia y de faltas de
respeto que para ser reverente y respetuoso con la pasión y con el amor deben
practicar contradicciones que como usted sabe, solamente una mujer comprende y
yo soy varón. Pero usted que es mujer podría tal vez tolerar mi inexperiencia y
dejarme intentar aprender a amarla.
QUE RARO TODO ¿NO? ;) CUANTAS SIMBIOSIS EXTRAÑAS ¿VERDAD? nADA MENOS QUE rOBESPIERRE CITA JEJEJJE
QUE RARO TODO ¿NO? ;) CUANTAS SIMBIOSIS EXTRAÑAS ¿VERDAD? nADA MENOS QUE rOBESPIERRE CITA JEJEJJE
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