viernes, 1 de noviembre de 2019

El mundo de las desigualdades es también el de las cifras demostrativas Autor Ricardo Garavito DNI 23.968798


  Y lo que las cifras demuestran es por ejemplo que con únicamente la fortuna de uno solo de los diez hombres más multimillonarios del fútbol se puede pagar la entera deuda externa argentina contraída recientemente, y con el resto de las nueve fortunas más grandes del futbol el resto de la deuda se podría ir liquidando.
  Carlos Slim (México) poseía 73.000 millones de dólares en el año 2013, fortuna que ha de haber continuado creciendo porque cuando el dinero que se posee es de tal magnitud solamente se puede hacer más  más. Slim rompió con la compra de dos clubes el duopolio entre Televisa y TV Azteca. Su primer acción luego de comprar al 30% del Pachuca y del Leon, fue vender a UNO TV (empresa de la cual es dueño también) los derechos de transmisión. Slim es además dueño del Oviedo de España.
  George Soros (Húngaro) en el 2013 poseía 19.000 millones de dólares, interviene en el Manchester United, forjó su fortuna en EE.UU. invertía entre otras cosas en construir Shoppings, cosa por lo cual se lo recuerda en Argentina.
Alishr Usmanov (Ruso) con 17.900 millones de dólares es el más rico hombre de Rusia y del mundo. Al menos hasta el 2013. Tiene acciones en el Arsenal FC inglés. Xerox es una empresa suya.
Mansour Bin Zaied (Emiratense) posee hasta el 2013 16.000 millones de dólares. Todos ellos podrían hacer estragos con sus dólares en una argentina depreciada que beneficia a portadores de dicha divisa.
Nasser Al-Khelafi (Catarí) Con participación en el PSG de Francia y con una fortuna personal de 16.000 millones de dólares.
Lakshmi Mittal (Indio)
Rinat Akhmetov (Ucraniano)
François Pinault (Frances)
Paul Allen (Estadounidense)
Roman Abramovich (Ruso)


Parece que es claro lo que ocurre.
   


Revisemos un poco lo que ocurrió y cuando y lo que ocurre y porqué. ;)  ¡¡¡Qué interesante!!! ;)I
















El siguiente tema es encarado por otro barril de bosta sin dos dedos de frente, otro cabeza de tacho del montón con menos intelecto qeu una moneda de tres pesos. O sea, no existís salame.

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