viernes, 13 de diciembre de 2019

Hoy haremos una reseña histórica que por vez primera no es un trabajo mío sino un texto de otro autor. Ahí les va: ;)




Срать на Бога, завтра скажут, что Ленин открыл Америку jejejejejeje 
 Srat' na Boga, zavtra skazhut, chto Lenin otkryl Ameriku  jejejeje

Mañana dirán que Lenin descubrió América ,) jejeje


Yo diría, agregaría que, Rusia es como un heterosexual blanco acorralado por el feminismo internacional jejejeje

Chanchita, rubia, rusa y grosera, vení y hagamos chanchadas ,)


ROBERTO BENENCIA*
MIGRANTES BOLIVIANOS EN LA PERIFERIA
DE CIUDADES ARGENTINAS: PROCESOS
Y MECANISMOS TENDIENTES A LA
CONFORMACIÓN DE TERRITORIOS
PRODUCTIVOS Y MERCADOS DE TRABAJO1
INTRODUCCIÓN
A mediados de los años ochenta comenzaron a verse con mayor asiduidad en Buenos Aires y en los grandes centros urbanos de la Argentina rostros oscuros y vestimentas no habituales, figuras menudas de hablar parco. Mujeres con amplias faldas sentadas ante cajoncitos de madera, ofreciendo unas pocas verduras a la puerta de supermercados. Con el correr de los meses y los años, estas estampas fueron insertándose en la cotidianeidad ciudadana, incorporando a ella cierto pintoresquismo latinoamericano.
* MSc en Ciencias Sociales; Investigador Principal del CONICET y Profesor Titular Consulto de la Facultad de Agronomía de la UBA; director del Centro de Estudios y Servicios Rurales (CEDERU/FAUBA); Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico:
rbenencia@fibertel.com.ar.
1 Una primera versión de este trabajo fue presentada en la segunda reunión realizada
por el Grupo de Trabajo de CLACSO “Migración, Cultura y Políticas”: Migraciones
en América Latina y el Caribe: Una perspectiva crítica desde el Sur, en Quito, Ecuador,
los días 27 y 28 de octubre de 2007, en el panel: Ciudadanía y organizaciones de
migrantes transnacionales.

A su vez, el Censo Nacional de Población y Viviendas (CNPV) de 1991 confirmaba –con los primeros indicadores del cambio que estaba acaeciendo en la población urbana– aquellos indicios que impactaban la mirada del ciudadano. En las ciudades, y en particular en Buenos Aires, había cada vez más bolivianos. Bolivianos y bolivianas que estaban llegando para “conquistar” la ciudad, y empezaban a “pelear” sus propios espacios, de vida y de trabajo, aun a riesgo de que esa mayor visibilidad que implicaba el movimiento pudiera comprometer su seguridad futura.
La novedad de este movimiento –que significa que los inmigrantes vayan abandonando las áreas rurales, donde reemplazaban a los trabajadores locales que habían emigrado hacia las ciudades, y se dirijan como éstos hacia los centros urbanos– termina de confirmarse con los datos del CNPV 2001, que muestra, por ejemplo, que más del 50% de los inmigrantes bolivianos ya habían accedido al ámbito del Área Metropolitana Bonaerense, el área urbana más importante del país, agregándose a los uruguayos y a los paraguayos, que lo habían hecho con anterioridad, tal como se muestra en el siguiente cuadro2.
Impacto poblacional y localización de los inmigrantes
limítrofes. Argentina. 2001
Número de
inmigrantes
limítrofes
% de
limítrof.
sobre
poblac.
total y
Distribución de los inmigrantes limítrofes por regiones
regional Total Bolivianos Brasileños Chilenos Paraguayos Uruguayos
Total país 923.215 2,6 923.21
5
233.464 34.712 212.429 325.046 117.564
100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
1. Área
Metropolitana
496.383 4,3 53,8 51,6 32,7 16,8 73,3 77,0
2. Resto de
Bs. As.
83.443 1,6 9,0 8,1 6,7 11,9 7,1 11,8
3. Centro 33.235 0,4 3,6 4,1 7,5 3,0 2,0 7,0
4. Cuyo 46.018 1,8 5,0 8,6 2,3 11,2 0,2 0,7
5. NEA 72.750 2,2 7,9 0,4 47,6 0,3 16,4 1,1
6. NOA 61.611 1,4 6,7 23,8 1,4 1,3 0,5 0,8
7. Patagonia
129.775 7,5 14,0 3,4 1,8 55,5 0,5 1,6
Fuente: INDEC, Censo Nacional de Población y Viviendas 2001.

2 El cuadro correspondiente no incluye a la inmigración peruana, fenómeno social importante en la década del noventa, que se dirigió básicamente hacia la Ciudad de
Buenos Aires.

La década del noventa había sido crucial en la instalación del nuevo fenómeno social, que no sólo se concentró en las áreas urbanas, sino que abarcó también los espacios periurbanos. En la actualidad, estos “nuevos migrantes ciudadanos” han empezado a formar parte de la sociedad argentina.
EL PERFIL DE LOS “NUEVOS” INMIGRANTES
Un análisis de los datos recopilados por la Encuesta Complementaria de Migración Internacional (ECMI: INDEC, 2006) nos permite apreciar con un poco más de nitidez el perfil de las comunidades de inmigrantes limítrofes concentradas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Ciudad de Buenos Aires y partidos de la provincia de Buenos Aires), y nos brinda un ejemplo de las características de esta población, para la elaboración del cual hemos tenido en cuenta unas pocas variables: sexo; edad del ingreso en la Argentina; cómo y por qué tipo de red o no efectuaron el ingreso; condición de actividad que registran; categoría ocupacional de quienes conforman la Población Económicamente Activa (PEA), y rama donde están insertos. El análisis nos permite afirmar, por ejemplo, que en todas las comunidades de migrantes ingresaron más mujeres que varones; salvo entre los bolivianos, donde la relación es equilibrada. Con respecto a la edad de ingreso en el país, en casi todas las situaciones éste ocurrió en la franja etaria de los 15-24 años; salvo entre los inmigrantes chilenos, donde el peso se observa en el estrato de 0-14 años. Si nos preguntamos cómo vinieron, podemos decir que tanto entre bolivianos como entre paraguayos la red de conocidos de su ciudad o pueblo fue determinante (en el 70% de los casos o más). Entre chilenos y uruguayos, el 50% lo hizo a través de ese mismo tipo de red; en tanto que entre el 42 y 45%, lo hicieron sin recurrir a miembros de red alguna; entre los brasileños es preponderante el ingreso sin apoyo de este sistema de familiares y conocidos (75%). En cuanto a la condición de actividad, en todos los casos prevalece la ocupación por sobre la desocupación en la PEA; aunque más fuertemente entre los uruguayos, por su antigüedad en la migración, con respecto a los miembros del resto de las comunidades. Por su parte, los brasileños son quienes tienen una mayor proporción de integrantes como población económicamente no activa.
Con referencia a la rama de actividad, entre brasileños, uruguayos y chilenos predomina la inserción en actividades terciarias sin servicio doméstico; en tanto que en la rama construcción hay un predominio de paraguayos y bolivianos; estos últimos también predominan en las actividades secundarias; mientras que en el servicio doméstico es preponderante la inserción de paraguayos. Como podemos apreciar, entonces, los inmigrantes bolivianos en la ciudad, es decir, de quienes nos vamos a ocupar de ahora en adelante, están trabajando, en forma predominante, los hombres en la construcción, y tanto hombres como mujeres en actividades secundarias, como la textil; en tanto que en la periferia de la ciudad puede observarse el desempeño de familias de esta nacionalidad en la producción hortícola. En relación con esta última forma de inserción laboral de los inmigrantes bolivianos –un fenómeno poco conocido y que es necesario analizar con detenimiento, es notable observar cómo una buena parte de ellos han sido casi los únicos que, en un país que a finales de los años noventa se derrumbaba social y económicamente, lograron participar en un proceso de movilidad ascendente sólo con las armas del trabajo, la inteligencia y la producción. Trataremos, entonces, de describir qué sucedió con las familias bolivianas en la horticultura de los cinturones verdes urbanos, uno de los fenómenos sociales que he estudiado en los últimos años, a riesgo de dejar de lado importantes transformaciones sociales y económicas que ocurrieron con su aporte en actividades de la construcción y de la industria textil en el mismo espacio metropolitano.
LA MIGRACIÓN DE FAMILIAS BOLIVIANAS HACIA LA HORTICULTURA
ARGENTINA
La producción hortícola en fresco en la Argentina experimentó un proceso de reestructuración similar al que sufrió el agro en las últimas décadas; cambios que estuvieron marcados por las tendencias generales en la producción, distribución y consumo de alimentos. Entre los componentes principales de estas modificaciones podemos encontrar algunos de los siguientes elementos: expansión de la producción, incorporación de tecnología, diferenciación de productos, incremento de la calidad, nuevas formas de distribución, “novedosas” formas de organización del trabajo, emergencia de nuevos territorios productivos (en el sentido propuesto por Mardsen, 1977), nuevos hábitos de consumo.

Las familias bolivianas, que por las características de su proceso migratorio
han sido consideradas migrantes transnacionales3, acompañaron este proceso de reestructuración de la horticultura desde mediados de los años setenta hasta la actualidad, y podría decirse que constituyeron una pieza clave de la estrategia productiva necesaria para sostener el proceso de acumulación capitalista que se dio en este tipo de cultivos, de acuerdo con los parámetros de productividad y calidad exigidos por la nueva economía también en áreas rurales (Sayer y Walker, 1992).
Por lo que puede afirmarse que a la culminación del proceso de reestructuración hortícola, a inicios de la década del 2000, la mayor proporción del total de productores y trabajadores en la mayoría de los mercados de trabajo de las áreas hortícolas del país estaba constituida por integrantes de familias de origen boliviano. Una parte importante de estos inmigrantes que ingresaron en el país como trabajadores se han implicado en el proceso de movilidad social ascendente que hemos detectado y al que le hemos dado el nombre de escalera boliviana4, y se han transformado con el tiempo en arrendatarios, e inclusive un buen número de ellos ha accedido a la categoría de propietario. 3 La migración transnacional se define como el proceso por el cual los transmigrantes, a través de su actividad cotidiana, forjan y sostienen relaciones sociales, económicas y
políticas multilineales que vinculan sus sociedades de origen con las de asentamiento, a través de las cuales crean campos transnacionales que atraviesan fronteras nacionales (Basch et al., 1992). Esta definición se complementa con las contribuciones de Portes (2001), quien al discutir críticamente el concepto amplio trata de precisarlo, considerando la existencia de actividades internacionales, multinacionales y transnacionales; a partir de esta diferenciación, propone que no todos los migrantes pueden ser considerados transnacionales, sino sólo aquellos que lleven a cabo actividades de tipo transnacional, que serían las iniciadas y sostenidas por actores no institucionales, ya se trate de grupos organizados o redes de individuos a través de fronteras nacionales.
Muchas de estas actividades transnacionales son informales; es decir, tienen lugar al margen de la regulación y el control del Estado, e inclusive cuando son supervisadas por agencias estatales, el aspecto clave de dichas actividades es que representan iniciativas orientadas hacia un objetivo, y requieren de una coordinación de un lado y del otro de las fronteras nacionales por parte de miembros de la sociedad civil. Estas actividades, para ser consideradas transnacionales, deben ser emprendidas por cuenta propia y no por cuenta del Estado o de otros cuerpos corporativos. 4 Véase Roberto Benencia (1997), “De peones a patrones quinteros. Movilidad social de familias bolivianas en la periferia bonaerense”, en Estudios Migratorios Latinoamericanos, Año 12, Nº 35, CEMLA, Buenos Aires. Se denominó de esta manera al proceso de movilidad social ascendente que se captó entre horticultores bolivianos en el área hortícola bonaerense. Los escalones de la “escalera boliviana” –que se presentaron por primera vez en dicho trabajo– aludían a las siguientes etapas del proceso: un mismo trabajador que se iniciaba en la actividad como peón podía convertirse en mediero, luego en arrendatario y, finalmente, en propietario; en el artículo se hacen una serie de especificaciones necesarias respecto de los elementos imprescindibles para ascender los distintos peldaños, y una estimación del tiempo que lleva el pasaje o desplazamiento entre cada uno de ellos.

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